domingo, 13 de junio de 2010

Cuando Indiferencia encontró La Cadena.

La primavera se atrevió a acercarse a su ventana.
Desde su cuarto podía apreciarse la cálida luz entrando tímidamente por los entresijos del cortinón que la cubría parcialmente.
La brisa suave de la mañana podía sentirse al otro lado del cristal y Ella saltó de la cama de un brinco como si no le costase trabajo, a pesar de que los desvelos habían conseguido robarle unas cuantas horas de reparador sueño y de que las sábanas se habían entrelazado con su cuerpo como si de una segunda piel se tratase.
La abrió y una bocanada de aire con toques de jazmín embriagó sus pulmones...
-"Bonita forma de empezar el día." - Pensó.
Cogió su Cadena de Dichas colocándola como cada día alrededor del cuello, y salió decidida por la puerta.


Encontró un pequeño Café en el que sentarse a disfrutar de un minuto de tranquilidad evitando el bullicio de las calles en hora punta. 

De repente una nube gris cubrió el cielo y comenzó a llover de manera incesante. Terminó su café esperando a que disminuyera la intensidad de la lluvia y salió corriendo.
Sin saber porqué, un mal presentimiento recorrió su espalda y al llegar a su cuello se detuvo, desapareció sin más, como si algo o alguien la hubiera rozado por detrás. Aceleró el paso y su corazón empezó a sentirse cansado.
Al llegar a casa descubrió que la Cadena que había recibido hacía tan sólo unos meses, la que le había hecho confiar otra vez en que dos podía ser uno, había desaparecido incomprensiblemente...

Entonces, intentando encontrar la respuesta le vino a la mente uno de los veranos que compartío con su abuela en el pequeño poblado donde había nacido su madre.

Recordó aquella noche estrellada de agosto, sentadas en el patio trasero junto a las escaleras de acceso, rememorando sus sueños de juventud, sus amores pasados, sus historias eternas...
Se recordó callada, embobada escuchando su risa, su voz sosegada...

Los amores si son Amores, son eternos, ya que el corazón no se rige por la razón y su capacidad de recordar y sentir es mucho más fuerte, por ser su cometido, perdura a pesar del tiempo y de las vivencias que llegan tras Ellos; por eso, si Indiferencia los viene a buscar y se desvanecen, quizás es mejor dejarlos marchar porque es cierto eso de que si realmente merecen la pena volverán y si no, pues quedarán en la memoria hasta que otros te los hagan olvidar...





A pesar de volver sus pasos atrás los días siguientes a la pérdida para buscar la Cadena, nunca la encontró, jamás volvió...